Armando Pop Caal, un defensor de las comunidades de Sayaxché, Petén
“Soy agricultor, en la Comunidad Santa Elena, Río Salinas, Sayaxché, tengo 45 años.
Nací en la Comunidad La Isla del Municipio de Raxruhá, a los 4 años me mudé a vivir a la comunidad Santa Elena, Río Salinas; mis padres lograron obtener tierras en esta comunidad en la que se asentaron e iniciaron a trabajar en la agricultura.
Por las condiciones del territorio no tuve la oportunidad de estudiar y desde muy pequeño ayudaba a mi padre en el campo en la siembra de cultivos como maíz y frijol.
En esta comunidad me acompañé con mi conviviente con quien tuve seis hijos. Uno de mis hijos murió ahogado en el río Salinas a la edad de 16 años, además de esto, una de mis hijas fue intervenida quirúrgicamente en Cobán Alta Verapaz, operación que no pudo resistir y también murió. Actualmente tengo 4 hijos vivos.
Cuando llegué a la comunidad Río Salinas no existía la empresa de palma aceitera, toda la comunidad se dedicaba a la agricultura.
La situación de la comunidad era estable y no contaban con problemáticas agrarias pues logramos escriturar las tierras desde que se fundó la comunidad.
Inicié a trabajar en la empresa de palma aceitera Industrias Chiquibul, desde los inicios de dicha empresa, estuve trabajando en botar montaña para preparar la tierra donde posteriormente sembrarían la palma aceitera.
Desde que inicié a trabajar, hasta el 2016, la empresa nunca me extendió un contrato de forma escrita, todo se hacía apalabrado con contratistas, por lo tanto, nunca recibí prestaciones laborales durante este periodo.
Mientras estuve laborando sin contrato escrito, recibía un sueldo aproximado de 750 quetzales quincenales (Q. 1500 al mes). Durante todo este tiempo el trabajo siempre fue por tarea.
A partir del 2016 me empezaron a brindar contratos escritos, los cuales eran por periodos de entre 3 y 4 meses; había meses en los que no nos brindaban contrato, sin embargo, seguía laborando de forma continua, los meses que firmaba contrato recibía un sueldo de 1,429 quetzales quincenales, sin embargo, los meses que no me daban contrato, mi sueldo volvía a bajar a 700 o 750 quetzales.
En 2019, la mayoría de la comunidad de Santa Elena Rio Salinas no fue contratada en la empresa, sin embargo, yo sí recibí contrato. En la última quincena que laboré solo me presenté a trabajar 10 días, recibí un pago de 350 quetzales por esos días trabajados.
En el 2016 la empresa me hizo un pago en forma de liquidación por 2,800 quetzales, por los tres años que había laborado para la empresa antes de iniciar a trabajar por contratos.
Después que fuimos despedidos se iniciaron negociaciones para que se nos pagaran nuestras prestaciones por el tiempo laborado en la empresa, de lo cual el Ministerio de Trabajo indicó que se le tenía que pagar alrededor de Q. 12,000 a cada trabajador, sin embargo, recibí solamente Q. 4,800”.
Palabras de Armando Pop Caal
Actualmente está siendo criminalizado por defender sus derechos laborales en la empresa de palma aceitera Industrias Chiquibul.
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