Persecución y Criminalización contra defensoras/es
Según datos de UDEFEGUA en Guatemala en el año 2018 se registraron 392 agresiones contra defensoras y defensores de Derechos Humanos, y en 2019 solo en el primer semestre se registraron 337 agresiones contra defensoras y defensores, de los cuales 76 actos de criminalización hacia activistas, 18 asesinatos contra personas defensoras de los derechos humanos, 4 intentos de asesinatos, 39 agresiones contra mujeres defensoras de derechos humanos especialmente, lo cual evidencia el aumento de la criminalización y persecución. Un país donde se reprime el derecho a la libre expresión, se criminaliza y asesina a las personas que se oponen y están en resistencia.
Este panorama es producto de un Estado creado a partir de las necesidades de la élite, con la llegada de Giamatei al Poder no es una situación que cambie esta realidad, se prevé que los actos de criminalización se incrementarán y será la continuación de las políticas militaristas quienes toman las decisiones en el país. Desde la perspectiva de situar a activistas y defensoras/es de Derechos Humanos catalogados como terroristas.
En el intento de revivir al Estado mayor presidencial, han articulado una nueva táctica nombrando a unos de los integrantes de “la oficinita” al militar Marco Aurelio Pineda nombrado como secretario de inteligencia estratégica, y han organizado una red para evitar que los militares lleguen a juicio, desde esta estructura y con nombramientos similares, se encargan estratégicamente de activar redes de poder para criminalizar las luchas de pueblos y comunidades en resistencia contra los megaproyectos, hidroeléctricas, minerías, monocultivos etc.
Por todo ello, desde la colectividad, es necesario la articulación, la organización comunitaria, desde nuestros espacios para que todas y todos estén informados/as.
Por esta y muchas razones es necesario articular esfuerzos, desde este pasado fin de semana Festivales Solidarios, Justicia Ya y Amnistía Internacional abrieron un diálogo colectivo para construir nuevas narrativas ante el incremento de criminalización en el país en los últimos años.
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